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Las nietas de todas las brujas que nunca pudieron quemar: marea verde en el Congreso.

El 5 de marzo de 2018 se presentó por séptima vez consecutiva en la Cámara de Diputados de la Nación el Proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) impulsado por la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito.

El día 10 de abril se llevó a cabo la primera audiencia en la Cámara de Diputados y el debate parlamentario en el Congreso de la Nación hacia la sanción de la ley IVE. Desde temprano, la primera consigna del día fue viralizar el hashtag #AbortoLegalYa, que fue tendencia a pocos minutos de iniciada la sesión. A partir de las 9.30 se concentraron decenas de mujeres en Avenida Rivadavia al 1800, diferentes expositores y expositoras (abogadxs, representantes e integrantes de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, historiadoras y militantes feministas, entre otrxs) argumentaron sobre la necesidad de convertir la necesidad de implementar el derecho al aborto legal, seguro y gratuito en ley, acompañadxs por distintas actividades bajo la consigna “Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir”.

La jornada finalizó con el llamado pañuelazo frente al Congreso y en distintos puntos del país, como Rosario, Córdoba, Mar del Plata, Río Gallegos, General Roca, Tucumán. Miles de mujeres, ancianas, adultas, adolescentes y niñxs sosteniendo en alto el pañuelo verde de la Campaña, para hacer visible la organización que se está desarrollando a nivel nacional para arrancarle este derecho al Estado, y saberse unidas en esta lucha.

En este marco, se sumaron cartas en apoyo a la aprobación de la ley por diferentes colectivos de profesionales, de comunidades educativas y de trabajadorxs. Sus principales impulsoras fueron periodistas, activistas y comunicadoras feministas, trabajadoras radiales feministas, fotografxs y camarógrafxs, locutoras, actrices, mujeres cineastas y de medios audiovisuales, docentes, músicos y músicas, bailarinas y coreógrafas, circenses, dibujantes, ilustradoras, escritoras, poetas, el movimiento LGBT, trabajadorxs autogestivxs, entre otros[i].

El 10 de abril fue sólo el comienzo: lo que primero fue una concentración y pañuelazo, a partir del 17 del mismo mes se metamorfoseó en los martes verdes. Hace más de un mes, todos los martes, el Anexo Diputados sobre la Avenida Rivadavia se convirtió en un espacio de manifestación y de despliegue de distintas actividades culturales.

En estas manifestaciones de cada martes, pueden verse varios stands de artesanías, venta de calcos e imanes con ilustraciones que se refieren al feminismo; el amor por la luna, la sororidad, el derecho a la soberanía de nuestros cuerpos, la lucha por el acceso a la salud que implica la legalización del aborto, la lucha constante contra la violencia de género y por el reconocido ni una menos. Mujeres con brillos de colores, con las bocas pintadas de verde y violeta (el violeta es el color que representa por excelencia la lucha feminista,[ii] y hoy en día podemos decir que en Argentina también lo es el color verde). Radio abierta de mujeres, bandas feministas de cumbia, de percusión, de pop, escritorxs exponiendo, artistas reconocidxs, artistas desconocidxs, figuras públicas de esta militancia brindando información de la situación actual de la ESI, de la votación de diputados. Otrxs, reparten volantes para obras de teatro, para eventos, para actividades feministas, para recibir ayuda en un caso de violencia de género, en caso de necesitar abotar, la divulgación del Misoprostol; un medicamento seguro y eficaz para el aborto hasta la semana 12 de embarazo.

Mujeres y disidencias con los torsos desnudos, con los torsos pintados, repudiando al patriarcado, al machismo, a las religiones que impulsan la misoginia e impelen a las mujeres a la sumisión, a la maternidad como único camino de autorrealización, y también en repudio al gobierno, que hace oídos sordos ante las muertes de miles de mujeres a causa del aborto clandestino, y que al mismo tiempo pone tantas trabas para la legalización e implementación efectiva de la ley de educación sexual integral. Mujeres unidas, mujeres luchando, mujeres que se abrazan, que cantan, que sonríen, que bailan, mujeres madres, mujeres libres y empoderadas que luchan construyendo y deconstruyendo los engranajes de esta sociedad patriarcal que nos atraviesa desde el momento que nacemos.

Las voces de los martes verdes en primera persona

Uno de los reclamos más sensibles en esta lucha es la necesidad de que se escuche la voz de las protagonistas de este flagelo social: las mujeres, y, por sobre todo, las mujeres de menores recursos. Por eso, es tan importante cada semana la disertación de diferentes oradoras que hacen uso de la palabra en la comisión del Congreso que trata este proyecto, para poder explicar en detalle los factores reales y la importancia de llevar a cabo la aprobación de este proyecto. En función de ello, traduciremos algunas de las voces que cada martes se hacen presentes en la puerta del recinto de diputados para hacerse oír. Una de ellas es Yesica, de la organización de mujeres Plenario de Trabajadoras, la cual nos cuenta que uno de los principales bloqueos a este derecho es “la íntima unión del Estado argentino con la Iglesia católica”. Y prosigue: “La negación del derecho al aborto legal, seguro y gratuito, en toda América Latina constituye una herramienta de disciplinamiento social. Si se mira de cerca, para Latinoamérica que engloba muchas naciones oprimidas, el sometimiento de la mujer, la maternidad obligada y la violencia de género imperante en este territorio son armas infalibles de los distintos Estados nacionales para propagar y extender una insoportable explotación social”.

Micaela, estudiante secundaria del Colegio Nacional Buenos Aires nos cuenta “es muy fácil tildar a la mujer de única responsable en el transcurso de un embarazo no deseado cuando se pasa por encima de la ESI todo el tiempo y los y las jóvenes no tenemos ningún tipo de acceso a la educación sexual y mucho menos a anticonceptivos gratuitos. El Estado debe hacerse cargo de forma completa de este derecho que, obviamente, pasan también por toda una política de prevención”.

No sólo la lucha es verde… también hay grises que acompañan

El revuelo que ha causado la enorme campaña por el aborto que se viene desarrollando hace años en nuestro país, pero que últimamente ha cobrado un eco mayor, ha calado en voces que a priori no están a favor de las prácticas abortivas, pero que empiezan a tomar conciencia de que se trata de un derecho que garantizaría la vida y la salud de las mujeres gestantes. En palabras de Alejandra: “Opino que antes de cursar un embarazo, hay muchas formas de prevenirlo. Creo que habría que apuntar por ese lado. Yo, ni loca, me haría un aborto. Considero que sería matar una vida. Pero, a su vez, entiendo que muchas veces corre peligro la vida de la mujer que sí lo hace”. Y agrega: “Entonces, como creo que siempre va a existir el aborto, en vez de que siga siendo clandestino y sigan muriendo mujeres, es preferible que se legalice para evitar todo esto, y que se pueda hacer con seguridad y se garantice la salud”.

Todas las voces

Y es que, como nos dejaron en claro las distintas voces de Yesica, Micaela y Alejandra, con ópticas quizá muy diferentes respecto del tema, este es un derecho que nos afecta al conjunto de las mujeres y que nos convoca a pelear a todas juntas para conquistarlo. Desde quienes, incluso, defienden a rajatablas la maternidad obligada. Si en los abortos clandestinos muere una mujer que ya había sido madre de otros niñxs, ¿qué pasa con esa crianza que escapa de una madre que en otro momento sí quiso serlo? Un poco, esa necesidad de reunir todas nuestras voces y perspectivas distintas en esta causa común de y para todas las mujeres se resume en el siguiente poema de Valeria Flores:

Yo aborté y soy la empleada doméstica del 5º "A" Yo aborté y soy la funcionaria del Ministerio de Salud Yo aborté y soy la maestra que enseña a tus hijas/os Yo aborté y soy la promotora barrial que reparte las cajas Yo aborté y soy la esposa del taxista que te lleva a bailar Yo aborté y soy la enfermera que te controla la presión Yo aborté y soy la profesora universitaria que habla de "género" Yo aborté y soy la kiosquera que conoce tu marca de cigarrillos Yo aborté y soy la canillita que te reserva el diario del domingo Yo aborté y soy la diputada que vota leyes contra las mujeres Yo aborté y soy la adolescente que estudia en un colegio privado Yo aborté y soy la artista que pinta los rostros de la pobreza Yo aborté y soy la obstetra que dirige tus partos Yo aborté y soy la vendedora de celulares que trabaja en la calle Yo aborté y soy la cajera del hipermercado que reclama descanso Yo aborté y soy la prostituta que visitás todos los jueves Yo aborté y soy la obrera de la fábrica que duerme en el colectivo Yo aborté y soy la jueza que garantiza un estado laico Yo aborté y soy la periodista que soporta los chistes misóginos Yo aborté y soy la modelo que admirás en las revistas Yo aborté y soy la veterinaria que atiende a tus gatas Yo aborté y soy la psicóloga que escucha tus problemas Yo aborté y soy la abogada que defiende a los violadores Yo aborté y soy la discapacitada a quien violó su tío Yo aborté y soy la católica que se golpea el pecho en las misas Yo aborté y soy la bisexual a la que se le rompió el preservativo Yo aborté y soy la deportista exitosa que seguís con fanatismo Yo aborté y soy la de mesa de entradas que recibe tus notas Yo aborté y soy la piquetera que corta rutas contra el hambre Yo aborté y soy la policía que te detiene porque abortaste Yo aborté y soy la desaparecida por los militares genocidas Yo aborté y soy todas las mujeres que en este país se ven forzadas a la maternidad Yo aborté y soy todas las mujeres que mueren por abortos clandestinos Yo aborté y soy todas las mujeres que sobreviven a un aborto clandestino Yo aborté y soy todas las mujeres que gritan y reclaman: MI CUERPO ES MÍO! Por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito*.

*Texto leído actualmente cada martes verde en el Congreso Nacional, acompañado de la suba multitudinaria de pañuelos verdes que llevan la consigna del Aborto Legal, Seguro y Gratuito.

Con los puños en alto, con los pañuelos atados en las muñecas, tapándoles la cara, usados como prendas, atados en las cinturas. En las calles, con frío, con calor, con furia, con amor, con libertad reconstruyendo sus identidades, creando una hermandad, con la bandera de la lucha, con la fortaleza de saberse acompañadas y por unos minutos, con su cielo de color verde.

[i] Todas las cartas de adhesión pueden encontrarse en la página de la Campaña por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito, y también pueden ser firmadas http://www.abortolegal.com.ar/cartas-de-apoyo-al-proyecto-de-ley-de-interrupcion-voluntaria-del-embarazo/

[ii]Nuria Varela en su libro “feminismo para principiantes” nos cuenta que el color violeta se adoptó “en honor a las 146 mujeres que murieron en una fábrica textil de Estados Unidos en 1911, cuando el empresario, ante la huelga de las trabajadoras, prendió fuego a la fábrica con todas las mujeres dentro. Esa misma leyenda relata que las telas sobre las que estaban trabajando las obreras eran de color violeta. Las más poéticas aseguran que era el humo que salía de la fábrica, y se podía ver a kilómetros de distancia, el que tenía ese color".

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