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El teatro independiente, una fábrica que no se cierra

A mi tío “Mimo”, a Carlos y a los teatreros juninenses…

Al atravesar la pampa interminable, como antes, cuando era adolescente, se ve por la ventanilla del ómnibus el verde, cuando se está en verano o primavera, algún zorrino que hizo de las suyas se huele. Por la Ruta Nacional 7 se llega a las puertas del Fortín, hoy día Ciudad de Junín, ubicada a 250 km de la Ciudad de Buenos Aires, al Noroeste de la Provincia.Fundadael 27 de diciembre de 1827 por Bernardino Escribano. Según datos del censo 2010, cuenta con 130.000 habitantes. Es conocida por el Parque Natural Laguna de Gómez, siendo este su principal atracción turística. Artistas y Personalidades, oriundos juninenses, como Eva Duarte que nacida en General Viamonte, creció, estudió allí y se casaron con el Teniente J. Domingo Perón en su registro civil.Sin lugar a dudas lo que hizo al desarrollo fue la llegada del Ferrocarril en 1880 y en 1886 los talleres ferroviarios. Es el primer lugar de la región en ofrecer Carreras terciarias, universitarias. El 29 de mayo de 1971 se inaugura el Teatro de la Ranchería de Junín, que fuera dirigido y administrado por COART (Coordinadora del Arte Junín). El Honorable Concejo Deliberante designó al Teatro de La Ranchería con el nombre de Teatro Municipal Horacio José de la Cámara. En 1974 se originó un incendio en el quincho de la entrada del teatro el que quedó totalmente destruido sin poder ser utilizado como tal. En 1995, luego de una importante remodelación, se realizó oficialmente la reapertura del teatro, imponiéndose nuevamente el nombre de “La Ranchería” y la sala se denominó “Horacio J. de la Cámara”. Toda esta introducción, surge por la necesidad de hablar del teatro como forma de expresión, como el arte que muchos eligen, que data de miles de años atrás, antes de Cristo. Necesidad de expresarse, que en el Teatro, llamado también arte de las tablas donde los grupos han dado que hablar, el arte hecho a pulmón. Del teatro independiente se ocupará esta crónica. El generado por actores que aman su profesión y que luchan día a día, hasta en las condiciones más adversas, como la dictadura cívico-militar acontecida en los años 70 en nuestro país. Y siempre en la búsqueda de un espacio físico propio, difícil de lograr cuando las políticas no acompañan, ni estimulan el quehacer cultural, sino, que al contrario parece ser que todo el Arte, como modo de expresión, pasa a estar en el lado del “gasto público”, considerado algo innecesario para la sociedad toda.-Es hasta el día de hoy que se intenta pertenecer, resistir y permanecer en ese hacer “local” que da identidad, en esa ciudad que los vio nacer. Es difícil producir cuando no se cuenta con un espacio que “contenga” y albergue, uno real, tangible; ya que el teatro oficial municipal es “La Ranchería”, lugar para pocos, para producciones que son comerciales, foráneas, que llegan a la ciudad, pasan y se van y de ninguna manera es el fin dejar un legado, un sello.-En el transcurso de los años han sido creado espacios como Teatro El Serafín y la Fábrica, de los cuales se hará referencia más adelante.

Y ahora, en la historia, entro yo…

En el año 1996, en Chacabuco, Pcia., de Bs. As, salía de casa, caminando, y ante la mirada del tío Mimo, que me despedía, con su mate en la mano, emprendía el viaje…, a un nuevo camino, una nueva experiencia: el teatro, uno de los amores de mi vida… Al hacer dos cuadras, por la calle de tierra, llegaba al asfalto por donde sí, pasaba “ la combi” y ahí, fui conociendo a otros jóvenes de 17 o 18 años, que como yo, habían elegido por vocación distintas carreras, artes plásticas, derecho, ciencias contables, inglés, etc.….Era un viaje, 50 minutos de ruta hasta Junín, a 45 km, que al llegar se recorría toda la ciudad en el “reparto” por los diferentes institutos, en ese momento ubicada en Roque Sáenz Peña 210, esperaba la Escuela de teatro. Escaleras para subir y subir, pasillos, aulas y hasta una cocina en la que Héctor, el auxiliar, los días de lluvia amasaba tortas fritas. Realmente por ese entonces la escuela era una segunda casa, una familia, para el que intentaba iniciar el camino hacia las tablas. Año 1998, cuando ya no podía viajar más, con un bolso y dinero prestado por una profesora; ingresé a una pensión ubicada en el centro de la ciudad (al menos quince días pude habitar).Mucha incertidumbre, pero otra vez no faltó ayuda y entonces, esta vez el lugar fue con Elba, la mamá del profesor Mario Pérez del cual muchos aprendimos a amar la literatura, la docencia, y explorar, conocer más y más autores. Elba, me abrió las puertas, sin ninguna condición más que la compañía y fui parte de su familia. Obstáculo sorteado. Ya instalada, era todo nuevo. Una ciudad más grande, al descubrir sus calles, era otra realidad, y no fue fácil, fue renacer allí, para mantenerme, al principio, cualquier trabajo, limpiar casas, cortar pasto y hasta incursionar en el idioma chino imposible de entender y más aun cuando el jefe en un tenedor libre, te llama la atención y vos lo miras, te quedas sin palabras,(sin gesticular), trabajo de tan solo una semana, imposible continuar. Y así transcurren los días, calle Francia paralela a Av. Benito de Miguel, se siente mucho mas el viento y el frío, que en Chacabuco -dicen los juninenses que es por la laguna- todo transcurre tranquilo, plagado de estudiantes locales y provenientes de otras localidades. El centro los fines de semana es la clásica salida .La vuelta al perro en las cuadras más comerciales parece ser un viaje en el tiempo.-Pero por suerte existen alternativas, encuentros en casa de los amigos que se van haciendo, con alguna guitarra, tal vez asado, y en invierno un buen guiso de lentejas. En otoño todas las mañanas las amas de casa barren las hojas de las veredas, mientras comentan las noticias de primera hora de Radio Junín.

Experimentando el teatro con Sandra

2018, la ventana que da al patio, jardín con algunas flores, pero mucho amarillo en las hojas, mate de por medio, Sandra Gómez, actriz juninense, hacedora del teatro independiente, muy risueña, dos palabras y ríe, mira a los ojos, amable recuerda que comenzó a hacer teatro en el año 1982, hace nada más y nada menos que 35 años, huy cuantos! Jajajaja, y en Experimentateatro (Grupo teatral independiente) desde su creación en septiembre del 1999, hace 17 años .La cultura en Junín, no difiere mucho de la del resto del país, florece en pequeños grupos autogestivos con identidad propia que buscan saciar una necesidad de expresión, inherente al ser humano y que al conformarse a partir de pequeñas voluntades, es individualista y de difícil lectura, siempre partiendo del afuera que parece traer lo nuevo o lo válido y buscado o no, en la traducción de estos lenguajes foráneos es donde encuentra la mayor riqueza. Desde ese artista juninense, con pocos recursos materiales, pero con una pulsión casi suicida, se crea, se improvisa, se mueve, se auto gestiona y así, brotan festivales, espectáculos, etc.. Que se gestan en cocinas y garajes en el tiempo robado a la familia y al descanso. Es una defensa a las neurosis institucionales, por eso el espectador mira extrañado, ajeno, no entiende y cuando sí lo hace, no tarda en subirse al barco.El teatro independiente tiene todo el espacio en Junín, ya que es el único teatro que existe. Crea en espacios individuales (la cocina más grande), hay rutinas, encuentros creativos todos los sábados, donde se cocinan(a veces literalmente) Ideas que se convierten en performance y a veces en un espectáculo formal.

De la Escuela de Teatro a las Enaguas…

Anteriormente se había mencionado el espacio “Teatro de Serafín”, creado por un grupo de actrices de la ciudad, entre ellas Marga Chiaro, que al hacer historia, se remonta al año 1995, desde su percepción, con sus hijos aún pequeños y buscando una grieta, un camino de expresión personal que no tenga solo que ver con lo maternal, buscar la realización social como mujer, encontró un espacio quela llenaría de expectativas, la Escuela Provincial de Teatro. Ahí aprendió a discernir e investigar sobre su cuerpo, la expresión, el decir, el presentar-se y re-presentarse. Luego de leer y experimentar descubrió la anemia creativa de la escuela, pero eso es otra historia(o no).En el año 1997, casi por una necesidad extrema con un grupo de hacedores artistas de Junín, crearon el ‘Teatro de Serafín’, teatro independiente, en un espacio físico que no era del todo independiente (lo descubrió al tiempo). En ese momento no existía en Junín ningún espacio abierto a la sin censura, al arte creador y creativo sin clishés, y sin réplica de lo ya masticado. En ese año tenías que jugártela y salir a la calle y romper cualquier tipo de vallas que venían anquilosadas desde la dictadura militar del ’76. El Teatro de Serafín era un teatro de actividades amplias y para el que se quisiera arrimar a plasmar sus pensares y sus talentos. Todos los fines de semana estaba abierto y se hacía, se veía se escuchaba. Durante la semana ensayos, entrenamientos, charlas, poesía, etc.En el 2001 luego de muchas presiones municipales tuvieron que cerrar y comenzaron a boyar en distintos lugares anónimos y de bondadosas familias que les prestaban para poder seguir. Así fue el sótano de un negocio, una casa prestada y sin electricidad, el garaje, los altos de un estacionamiento…etc. Y para cerrar esta tarde entre los jardines de su casa al sol, es que Margaconcluye al compartir: nunca dejó de hacer teatro, nunca dejó de pensar teatro. Actualmente, Marga está en el grupo ‘Las enaguas’, grupo en el cual sigue con la investigación casi antropológica teatral, sigue creando sigue resistiendo; con el grupo no tienen un espacio físico, andan como quien dice, de prestado. El teatro municipal La Ranchería sigue estando donde está. Vacío de artistas juninenses que aporten. Hay intentos pero nunca se acerca a lo que se necesita que es precisamente ‘un espacio´ gratuito y libre para ensayos, para la investigación, “para la búsqueda en esta coctelera contemporánea -como dice Luis Felipe Noé-.Marga cierra con una frase que no sabe quién la dijo pero se la apropia‘ un arte que no inquiete no aporta’. Junta sus manos, como dando un cierre a este encuentro.-

Volviendo a la historia… la mía, la del grupo, surgieron nuevos desafíos, un profesor llegó de “Buenos Aires”, sí, sí de Buenos Aires, se decía entre pasillos, como si eso fuera garantía de algo. Pero sí fue así, llegó para revolucionar la escuela el docente Carlos Lagos, flaco, alto con pelo teñido por las canas, un morral de cuero, sencillo. Carlos, era de eso profesores, que conocía al alumno, y al verlos ya podía sacar una radiografía, sabía en qué puntualizar para sacar lo mejor de cada uno, y que ese alumno se entregue en cuerpo y alma dentro y fuera del escenario.- Además, no sólo eso, enseñaba a mirar de otra forma. A correrse del lugar cómodo a ocupar el espacio, ese necesario, ese que transforma, que atraviesa, el espacio como creadores, del hacer propio, de hacerse cargo, que para hacer teatro sin lugar a dudas lo único necesario es la corporalidad y la dramaturgia del actor, la necesidad de expresar y no dejar nada a la deriva, porque ese fluir expresivo, debería ser producto del continuo entrenamiento del actor.-Pero todo cambio implica romper estructuras, derribarlas. Carlos dirige “Lorca entre el deseo y la muerte”-Donde entrecruza textos de las obras: La casa de Bernarda Alba, Bodas de sangre, Mariana Pineda, Yerma, como trabajo final de los alumnos de la carrera: Analía Adrover, Viviana Blaiotta, Marga Chiaro, Malola D’Alfonso, Virginia Entesano, Paola Hernández, María de los Angeles Morales, Zunilda Miguens, Valeria Rosetti , Natalia Somoza y la participación del profesor Mario Pérez.-Como alumnos todos coincidieron en que , sin lugar a dudas, era posible apropiarse de una forma única y de pertenencia de hacer ese nuevo teatro.

De la criada y Martirio son los recuerdos…

María de los Angeles Morales, que participó de esta experiencia, me recibe en su casa, muy cálida, donde se respira familia, su casallena de cuadros de sus tres hijos, se le iluminan los ojos cuando habla de sus amores, y siente “satisfacción maternal”, podría hablar horas de ellos, pero hoy aboca su historia con el teatro, cuando en 1994 luego de haber pensado estudiar Ciencias Económicas, conoció a la literatura dramática, de la mano de una suplente en literatura la Prof. Cuca Farías. Su decisión cambió por completo hacia el teatro. Al principio le resultaba extraño, no comprendía ese mundo pero no se dio por vencida y prosiguió con la carrera. En su experiencia con Carlos Lagos, “el teatro en carne y hueso…tatuó en ella el teatro”, desde la acción física, donde es el cuerpo el que encuentra al personaje y éste al texto. Un trabajo profundo de emociones, de memoria emotiva y sensorial. El actor sabiendo en todo momento lo que se hace y lo que no se hace. Y en su mundo actual de docente se siente y se muestra plenamente feliz de cargar la valija de los sueños de los pibes que se animan en las escuelas a crear, imaginar, a ser “como si”.

Mas clases de teatro…

Ya, en 1998, con Carlos como profesor, en lo personal, para quien les cuenta cambió mi vida, ya no hubo vuelta atrás. En el grupo, Silvia Arce, Horacio Jáuregui, Virginia Entesano, María Morales, Natalia Somoza y la participación como invitada de Fabiana Petraglia, para una puesta de la obra de Tennessee Williams “Lo que no se dice”. Finalizada la carrera, se continuó con una obra que nació, de una creación grupal titulada: “Lo que no se hace”, obra basada en textos de Memorias del Fuego de Eduardo Galeano y en los surgidos, de la impronta de los actores.-Y en ese momento surgió una problemática: ya no estaba la escuela, no existía ese espacio creador y contenedor. Es así que nos planteamos el desafío y objetivo de conseguirlo.

Año 2000, una fábrica abandonada, famosa propiedad de Miguel Guerriero, producían CERVEZA, SODA, BARRAS DE HIELO y gaseosa como la GUERRICOLA entre 1936 y mediados de los 60. En los gigantescos galpones, donde setenta empleados comenzaban a las seis de la mañana a fabricar hasta el anochecer. Tenía generación de energía propia, con motores inmensos en el inmueble. Al pasar en bicicleta, Horacio Jáuregui, pensó, que buen lugar……para un teatro, y que mejor que él, para recordarlo, en este reencuentro, ex integrante del grupo la fábrica, que actúa desde hace 22 años, recuerda que fue totalmente inesperado, sobrepasó las fantasías de futuro, siempre gesticulando como si estuviera en el escenario, sorprendido, y que no duda en preguntar, que como sería mejor contar los hechos, asiente a dejar su voz plasmada. Fue sin lugar a dudas crecimiento personal y en lo artístico basado en la posibilidad de aprender y conocer y hacer. Hoy no podría repetir algo así, fue una confluencia de energías de personas, de situaciones de años de juventud. El hecho trascendió mas allá de lo artístico, tuvo trascendencia social. Las relaciones estaban cargadas de vida de tener un proyecto en común, se dejaban de lado las diferencias, prevalecía el hacer. Mucha gente anhelaba contar con un espacio como la Fábrica. La sociedad recibía el hecho artístico. Tenía como esencia ser un espacio de encuentro, se producía un intercambio, que no se daba en otros lugares. Horacio continúa diciendo: Pensábamos que el teatro podía cambiar el mundo: éramos un tren que perdió las ruedas a mitad de camino. Cree que ni él, ni el grupo se dio cuenta de la importancia de la fábrica, "si no la hubiéramos defendido a muerte”. Hasta el momento no ha aparecido un lugar similar. Hay otros, pero que tienen un trasfondo político, en cambio, el grupo, carecía de eso, era una necesidad el hecho artístico, el que hacer teatral, era satisfacer los deseos propios en eso que sin lugar a dudas se lograba.-La fábrica era un lugar que tenía magia, era único. Hoy Horacio sigue estando en el mundo del teatro, con conductas modificadas, buscando tal vez algún reconocimiento, pero la sociedad mantiene la misma actitud de entonces frente al arte local, no tienen expectativas en lo propio lamentablemente, o produce el propio artista o no se hace nada.-Para él la dirección de cultura, no entiende el mundo del teatro, cómo funciona este arte, no vislumbra todo lo que se pone en juego cuando un grupo de personas se junta para algún proyecto. Esto hace difícil la ayuda.-Se terminó el cafecito, en Picasso, café tradicional ubicado en Avenida San Martín, de Junín, tantas anécdotas recordadas, algunas divertidas, otras no tanto, algunas con dejo de tristeza .


La Fábrica -Espacio Cultural

La Fábrica, dos plantas inmensas, que no habían sido habitadas desde los años 60, con una escalera de madera en ruinas. Paredes ahuecadas, pisos resquebrajados. Ventanas en las que ni siquiera había vidrios, (por las que pasaba mucho frío) Además de herencia tapitas de la gaseosa guerri-cola, frascos como los de jarabe antiguos, botellones, libros de inventario, etc. La tarea era no sólo actuar, oficiabas de albañil, constructor, operario de limpieza, reacondicionar era la meta, con muchas ganas, de que la fábrica sea un espacio propio y para que todo aquel que quisiera mostrar sus trabajos artísticos tuviera un lugar. Se logró una asistencia técnica otorgada por el Instituto Nacional del Teatro, mediante la cual Carlos Lagos, el director elegido, con pavas de mate interminables, y a veces sentado en el aire, dirigía con precisión y agudeza, cada entrenamiento y ensayo, para una reversión de “Lo que no se hace”, el grupo de actores quedó conformado así: Analía Adrover, Silvia Arce, Virginia Entesano, Horacio Jaúregui, Cecilia Perrone, Fabiana Petraglia y José Luis Venturini (venido también de Chacabuco) en la parte de Técnica y Escnográfica Oscar Acosta , aunque muchas veces todos oficiaban todo.-Con la obra, se obtuvo el primer premio en el certamen de Teatro Regional y la participación en el Encuentro Provincial realizado en la Plata en el mismo año.-

Director: Carlos Lagos-Foto: Candelaria Lagos

Bajo la dirección de Carlos Lagos el otro espectáculo fue “Amor Mío”, Creación Grupal con los mismos actores, que recibió mención especial en Atenob.-Carlos hacía hincapié en el que el teatro (el arte en general) debe transformarse en necesario para la sociedad para que tenga masividad, continuidad, permanencia, de lo contrario, para él lo que uno hace se escribe en el agua.

Grupo: La Fàbrica -( Fundacional )

Existía un bono de cooperadora, algunas donaciones, dinero del boruderaux, algunos auspicios en el caso del estreno de alguna obra. Hoy sábado por la noche, en lo de Ana Adrover, para llegar a su casa, la de su familia. Hay un largo camino, el que precede a la laguna, barrio Real, siempre, recibe el pepo, su perro, súper cariñoso, bonito. Ana, más conocida como “la china” (tal vez sea por sus rasgos) actriz, admirada por sus pares. Quien no querría dejarse atravesar por el arte, como lo hizo y hace ella, estuvo en casi todos los grupos, desde que se inició en la actividad teatral en el año 1994, sostiene que la cultura en Junín está polarizada en dos sectores bien marcados…el circuito oficial que se caracteriza por las manifestaciones más convencionales, es el arte tradición propio de ámbitos oficiales, con tendencias a gestiones culturales municipales o educativas. Por otro lado el circuito off por decirlo de alguna manera, que se apropia de espacios diversos como clubes, patios, librerías, bares, plazas, estos son de auto gestión o privados, concurre un público del “ambiente”, es decir, los artistas van a ver a los artistas, contrariamente en lo que sucede en el circuito oficial donde el público en su gran mayoría está conformado por familiares de los artistas. En el año 96-97 integró el grupo del espacio Teatro Serafín a partir del año 2000 formó parte de La Fábrica. En el espacio se dictaban talleres y charlas, se organizaron tres festivales de teatro de carácter internacional que se desarrollaron en diversos espacios de la ciudad durante tres días consecutivos, llegaron a existir no menos de 40 funciones te teatro por año. Se conformó una murga barrial, se presentaron libros, autores y músicos. Fue un lugar de entrenamiento actoral, sala de exposición permanente y biblioteca popular con más de 2000 libros. Además de cumplir con tareas solidarias durante las inundaciones. Ana se emociona: la fábrica fue un hecho cultural que nos trascendió y por ende es difícil describirlo objetivamente porque a cada uno de nosotros nos marcó definitivamente, hay un antes y un después de eso que nos abrazó-abrasó (así con z y s) actoralmente por ejemplo comprendí que hacer teatro es una determinada manera de estar vivo y que es lo que definitivamente nos salva de la tramposa vida ( al menos por un ratito).- Bueno, Ana, ya es hora de dormir, mañana nos espera una jornada de ensayo.- Entre luces… Abelo Galdeano, que siempre deja su impronta, sus gestos, pucho en mano, con una cervecita fresca, de por medio, en la tardecita: recordando, un sinfín de anécdotas, de todo un poco, si habremos colaborado con él, en el armado de las luces, tal vez alcanzando simplemente un tacho o tirando un cable. Siempre ligado al arte, a los 22 años soñando con hacer cine se vio involucrado en un proyecto de teatro con un elenco de muchas personas y una gran puesta en escena, incluyendo banda en vivo, fue un viaje de ida, que si bien ha estado en proyectos de cine su vínculo con el teatro se mantiene ininterrumpido y desde entonces se considera gente de teatro. En el año 1999 con el grupo de teatro en el que trabajaba (casi el curso completo de la Escuela de teatro, antes mencionado) surgió la idea loca de emprender un espacio un cultural (sin un peso). Allí tocaban no menos de dos bandas de rock por semana . Llegaron a usar el lugar para ensayar cuatro grupos de teatro, más el nuestro. Ahora al tomar distancia de aquella época hermosa que fue para todos del 2000 al 2005 con el grupo de teatro independiente La Fábrica, en ese lugar enorme y maravilloso que tuvimos, se aprecia la importancia del proyecto, lo inmenso que fue para la cultura de nuestra ciudad, y lo difícil o prácticamente imposible que sería un proyecto de tal magnitud, e independiente, en la actualidad. Además de que la situación del país económica, la política era otra, el grupo, estaba inyectado de pasión por el teatro, gracias a nuestro director y maestro, Carlos Lagos, con él se vivía y respiraba por y para el teatro. Ese era el motor principal. Luego, mucho después, vinieron las mezquindades y los conflictos, y creo que recién hace unos años nos vamos recuperando, de todo lo que provoco esa ruptura. Juntando los pedazos. Pero hay pedazos que están intactos, como la amistad que nos une a Virginia Entesano (integrante también de Las Enaguas) y a mí. Amiga con la que vivimos lo bueno, lo malo, con la que cruzamos puentes reales como el del Río Azul del Bolsón o intangibles como el de la vida misma, que a pesar de la distancia, nunca se cortó o se bloqueó y no para de crecer en el tiempo, y hoy seguimos siendo compañeras en este hacer artístico, en el que tenemos mucho por decir todavía… Siempre positiva, dando el empuje para seguir y seguir, a mí, a todos, entre mates, comidas, Virginia aporta su mirada en esta historia. Junto también, como dije antes con Analía, y con Silvia Arce (ex integrante de Grupo “26” y creadora de un Centro Cultural Tierra de Fuego-hoy funciona como librería), actriz, compañera desde la época de estudios, siempre muy observadora, de pocas palabras, pero siempre muy precisa, incisiva, en cada detalle, y eso nos encanta, la hace única, hasta en este momento incluso, en un corte del ensayo, las cuatro atravesadas por los recuerdos, por la vida, por la edad, pero con las mismas ganas, con la misma pasión por el teatro, porque tenemos este proyecto actual, conformamos el grupo “La vida me engañó” y estamos en la construcción de una obra, que surge de ideas y textos que hemos seleccionado y fundamentalmente de la improvisación actoral que aún está en proceso creativo y de ensayo.- Silvia concuerda en que la cultura en Junín se está sosteniendo gracias a producciones independientes, la Casa del Pueblo y la Escuela de Teatro que alimentan nuevos creadores. El área de Cultura descendida a “Dirección de Cultura” está plagada de funcionarios que provienen de la iglesia evangélica y que poco fomentan la actividad de los teatreros independientes .Silvia es enfática cuando dice: en lo personal sigo transformando la formación teatral que dejó en mí Carlos Lagos, mentor de la Fábrica, y muchas veces sus enseñanzas las veo plasmadas en mis nuevos grupos de alumnos. Seguimos por la senda correcta, ni la vendí, ni la cambié por otra, está igual, sedienta de vientos y agujereada… La Fábrica, grupo teatral y Espacio Cultural fue y sigue siendo un quiebre en el desarrollo del teatro de Junín y la zona, aún hoy se siguen escuchando anécdotas de terceros sobres las actividades realizadas y el impacto cultural que tuvo su teatro, pese a funcionar relativamente durante poco tiempo. Hubo un antes y un después de “Cromañón”, eso nos atravesó, y fue clave, incluso nos sigue perjudicando. Desde esa época hasta ahora, hay una lucha para cambiar las leyes con respecto a la seguridad de los lugares públicos,… es increíble que para el estado, sea lo mismo un centro cultural, que un boliche bailable. Ese es un reclamo que lleva años, hubo intento de cambiar, pero sin resultados. La única ayuda económica que se ha recibido siempre fue por parte de un único organismo, el Instituto Nacional del Teatro, que justamente ahora, no se salva de los recortes y ajustes que este gobierno neoliberal está aplicando. En el interior, resisten estos grupos, trabajan mucho y a pulmón, y muchas veces dinero también. En el caso de Junín, como se ha dicho incansablemente los teatreros locales tienen muy poco acceso a los sitios oficiales y para dar funciones deben pagar arancel elevado. (Salvo que se elija un día miércoles, de semana donde ya se sabe que es difícil llevar la gente al teatro, y se imponga el valor de la entrada a cobrar) Es por eso necesario concluir en este desarrollo, que al momento de hablar de espacios destinados al teatro en Junín; es fundamental afirmar que si existe como tal y hay producción local es gracias a cada uno de los artistas, que hacen que la máquina no se detenga, que entre ellos se contienen, y sostienen. Que ante la falta de políticas culturales que aporten espacios destinados, o alguna ayuda, prevalece el amor al teatro, ese que no se acaba, sino que crece con el tiempo. Algún día quizás, lleguen otros con valijas de sueños, o tal vez no , lo maravilloso es poder haber hecho un poquito de historia … sin bajarse del tren, continuando el viaje “Y tal vez pueda ponerse en duda aquello de que lo que hacemos se escribe en el agua”…

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